Hoy en día, muchos de nosotros hemos notado que nuestros dispositivos electrónicos parecen dejar de funcionar justo cuando necesitamos reemplazarlos. Este fenómeno se conoce como obsolescencia programada, y es una estrategia que algunas empresas usan para que compremos nuevos productos con más frecuencia.
¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada ocurre cuando los productos, como teléfonos, computadoras o electrodomésticos, son diseñados para tener una vida útil más corta de lo que podrían. De esta manera, el dispositivo deja de funcionar, se vuelve lento o incompatible con las últimas actualizaciones, obligándonos a comprar uno nuevo.
Un poco de historia
Este concepto no es nuevo. En los años 1920, los fabricantes de bombillas formaron un grupo llamado cártel de Phoebus, donde acordaron limitar la duración de las bombillas a 1,000 horas. Esto aseguraba que las personas tuvieran que comprar
bombillas más seguido, aumentando las ventas.
Tipos de obsolescencia programada
Existen varios tipos de obsolescencia programada:
Obsolescencia técnica: Cuando los componentes del dispositivo, como la batería o el procesador, dejan de funcionar o se desgastan rápidamente.
Obsolescencia de software: Sucede cuando las actualizaciones de software ya no son compatibles con los dispositivos más antiguos, haciéndolos más lentos o incapaces de ejecutar aplicaciones nuevas.
Obsolescencia percibida: Es cuando creemos que necesitamos un dispositivo nuevo porque el viejo ya no "luce" moderno, aunque aún funcione bien.
El impacto ambiental
La obsolescencia programada no solo afecta a nuestro bolsillo, sino también al planeta. Al comprar nuevos dispositivos con tanta frecuencia, generamos más residuos electrónicos. Estos residuos son difíciles de reciclar y pueden contener materiales tóxicos que dañan el medio ambiente. Además, la fabricación constante de nuevos dispositivos contribuye al agotamiento de recursos naturales.
¿Qué podemos hacer al respecto?
El movimiento por el "derecho a reparar" está ganando fuerza en todo el mundo. Este movimiento busca que los consumidores tengan acceso a piezas y manuales para poder reparar sus dispositivos, en lugar de tener que comprar uno nuevo.
Algunos países, como los de la Unión Europea, están implementando leyes para extender la vida útil de los productos, obligando a las empresas a hacer dispositivos más duraderos y reparables.
Consejos para alargar la vida de tus dispositivos
Como consumidores, también podemos tomar medidas para reducir el impacto de la obsolescencia programada:
Cuida tus dispositivos: Evita exponerlos al calor o la humedad y usa fundas protectoras.
Repara en lugar de reemplazar: Busca talleres de reparación locales antes de comprar algo nuevo.
Actualiza solo si es necesario: A veces, las actualizaciones pueden hacer que los dispositivos se vuelvan más lentos.
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